Por: Laura Nova y Stevens Sanchez
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Caminos de Resiliencia es un documental web que pretende mostrar por medio de una multimedia, cómo algunas víctimas del conflicto armado lograron superar la huella que dejó la guerra en sus vidas por medio del arte y la labor social. Este trabajo documental ganador del Premio Nacional de Periodismo 2018 en la categoría de mejor tesis nacional es realizado por Maira Caicedo y Richard Ladino, dos estudiantes de Comunicación Social-Periodismo de la Corporación Universitaria Minuto de Dios. Ellos ambos apasionados por la escritura y el periodismo cultural responsable hicieron de este trabajo un mundo mágico que muestra la realidad de las víctimas desde otra perspectiva.
El documental relata la historia de cinco personajes Marino, Cecilia, Franklin, Karen y Jhon, que por medio de videos, imágenes y podcasts ofrecen una perspectiva humana que giran en torno a la superación del conflicto armado, a las diversas maneras para afrontar la guerra y las soluciones para ponerle fin a la violencia basados desde la experiencia de cada uno. Los personajes presentan su pasado, su presente y el sueño del futuro que les ha permitido compartir un mensaje de superación y fortaleza con las personas que los rodean, esto con el fin de cambiar los paradigmas y realidades de aquellos que toman la violencia como un camino para sanar las heridas de la guerra.
Cuando se ingresa al documental web se abre una puerta a favor del perdón, de la paz y la reconciliación. Como primera instancia se reproduce automáticamente un video de introducción que al transcurrir los segundos, genera expectativas y curiosidad por conocer la historia y la labor de los cinco protagonistas.
El primer personaje es Marino Rivera, creador de la fundación “Colombia Nuevos Horizontes” ubicada en Soacha, en el barrio Santa Helena hace 11 años. Su pasión por la radio lo lleva a crear Omega Stereo una emisora virtual de la fundación donde se conocen crónicas de los beneficiarios de esta organización y los sueños de cada uno.
Por medio de una imagen que transporta al pasado, presente y futuro de cada protagonista se narra la vida de Marino, que a pesar de ser desplazado a causa de la violencia en Caquetá y las amenazas en contra de su vida, decide hacer un trabajo de formación y ayuda, acogiendo a las personas desplazadas por la guerra de distintos espacios del país con el fin de incentivarlos a emprender ideas empresariales para superarse y generar ingresos para no caer en la mendicidad. Afrontar la problemática por medio de la fundación le ayuda a Marino a tener la capacidad de resiliencia para superar diferentes situaciones y a aportar a la paz de todo un país.
La segunda protagonista es Cecilia Arenas integrante de las madres de Soacha, a quien la muerte de su hermano le enseñó que debía luchar por hacer justicia ante los falsos positivos perpetrados en el municipio de Soacha, razón por la cual su hermano no está con ella. Esta situación la llevó a emprender una búsqueda por condenar aquel acto delictivo y junto a sus colegas desean que la verdad salga a la luz y que las condenas sean justas para aquellos que realizaron los crímenes.
El fin de Cecilia y las madres de Soacha es la búsqueda de la verdad, la justicia y la no repetición de los falsos positivos, lleva su mensaje mediante la construcción de un costurero, en el que plasman en tela bordados e imágenes de los relatos de paz y reconciliación. Esta es una historia llena de magia y emoción en el que cada segundo atrapa al espectador y le hace ver que ayudando se sanan las heridas.
El vicepresidente de la junta de acción comunal del barrio Santa Helena y encargado de la fundación Colombia “Nuevos Horizontes” es Franklin García para quien la ayuda social es la resiliencia que lo convoca dentro de la fundación. Luego de recibir una carta donde se le juzgaba por su pasado como guerrillero, entendió que la importancia es cambiar la mentalidad de violencia y demostrar que a pesar de haber vivido entre la guerra se puede transformar mentes y ayudar a aquellos que más lo necesitan con buenas intenciones. Lleva once años en la fundación luchando en contra de la discriminación y transformando la vida de muchas personas.
Por último, el arte, la música, el teatro y la danza hacen de Karen Bermudez y Jhon Hernandez personas que luchan en contra de las fronteras invisibles, la drogadicción y bandas delictivas de el municipio de Soacha. Su labor la realizan por medio de la fundación “Artes sin frontera” donde ocupan el tiempo libre de los jóvenes en actividades en pro de la paz, y de esta forma hacen que la violencia disminuya dentro del territorio.
A pesar de nos ser víctimas directas del conflicto armado en Colombia, sienten que la violencia alcanza a las personas de muchas formas, por esta razón realizan los talleres teatrales y toques con la agrupación Son del pacífico (creada en la fundación), para que la comunidad haga catarsis y reconozca sobre la violencia y los diferentes peligros que se despliegan en su comunidad y así evitan que más jóvenes caigan en la drogadicción y delincuencia. Aunque sus historias se relatan en diferentes escenarios y van separadas en el documental, las une sus ganas de cambiar el mundo por medio de sus historias del pasado, reconociendo que a pesar de los errores se puede cambiar el rumbo de la vida y ayudar a otras personas a transformar sus problemáticas, buscando soluciones y sanando heridas por medio del arte y la fundación.
Caminos de Resiliencia nos muestra que debemos encontrar la salida al conflicto por medio de la construcción social, tejiendo terrenos de paz y emprendimiento. Este documental demuestra desde una línea temporal como la transición a la paz es necesaria, un país que viva en conflicto estará condenado al fracaso. Ningún proceso de paz en el mundo ha estado libre de los costos políticos y sociales que hoy en día se enfrentan en el país. No obstante, es indispensable terminar con los conflictos armados, son millones las víctimas mortales, millones de tierras perdidas y miles de recursos naturales que no se podrán recuperar después de ser atrapados por el brazo de la guerra.
Estas cinco historias están narradas desde la experiencia e hicieron entender que aquellos que vivieron de cerca la guerra pueden sanar heridas y demostrar que revictimizar no los ayudará a cambiar la historia, sino que reconociendo a los culpables y superando sus circunstancias podrán llevar a cabo una labor social que beneficie a la población afectada por la problemática.
Durante todo el documental se interactúa con diferentes experiencias visuales que nos va llevando de una historia a otra, que aunque diferentes en su pasado se van entretejiendo con el presente y el futuro de cada protagonista con su importantes aportes para la construcción de la paz. Esta es una investigación que reconoce a las víctimas como nuevos entes de ayuda y apoyo para sanar las heridas emocionales de otros.
Cinco personas afectadas directa o indirectamente por la guerra en Colombia han lograron superar sus obstáculos e hicieron de ellos una excusa para ayudar a otras personas a perdonar y sanar heridas. Muchos no hemos sido víctimas, vemos los conflictos desde una pantalla y condenamos sin conocer el trasfondo del conflicto. Podemos hacer un poco más que sentarnos a criticar las causas de la guerra. La mayoría de protagonistas de un conflicto nos enseñan de perdón y nos dan fórmulas para evitar venganzas, realizando actos que permitan la paz social, en una sociedad actualmente con tanta polarización.
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